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Explicaciones

Hace unos días que quiero escribir sobre lo que está pasando en Japón, el debate previo al terremoto sobre la necesidad de centrales nucleares y el siguiente fantástico timo a medio plazo y gran escala que nos pretenden colar sobre la escasez de uranio, similar a la actual crisis financiera. Para ello, y como suelo hacer, busqué enlaces, declaraciones, informes e incluso debatí con amigos en nuestro foro privado sobre el tema. Pero son tan contradictorias y escasas las informaciones, y tan variadas las opiniones expertas, que la verdad es que dan ganas de dejarlo estar y ver cómo los medios hacen el ridículo ellos solos.


Pero cuál es mi sorpresa, que me encuentro con las declaraciones que un profesor de física nuclear hace en “La noche en 24h” de TVE, en las que explica de forma clara y concisa la situación. Profesor del que hablé hace tiempo en otro blog, que me dio clase en su maravillosa asignatura “Física sin matemáticas” (cuando fui ingeniero), que en otro tiempo era catedrático de física del plasma, con el que colaboré durante varios años, manteniendo siempre una estupenda relación, y que me llevó, en la que creo que es la única actividad extraordinaria de la universidad que disfruté, a la central nuclear de Trillo, en Guadalajara.

Dentro de la tremenda desgracia aún inconclusa de Japón en la central nuclear de Fukushima, al menos me alegro que Vicente Vallés y su equipo de producción tengan el buen criterio de invitar a su programa a alguien que realmente sabe de lo que habla, como queda reflejado en sus declaraciones y en una de las míticas frases de quien llegué a conocer tan bien: “Esta es otra muestra de lo que los humanos somos capaces, que es no prever accidentes de este estilo

No lo puedo incrustar, así que lo vinculo. Del minuto 17 al 40, imprescindible.


Añado también otra entrevista en la que defiende la postura anti centrales nucleares y aboga por el desarrollo de energías alternativas y limpias, y un completo reportaje de 2007 en la pionera revista on line Vivat Academia (en la que colaboré en sus primeros números allá en el 99) sobre el accidente de Chernobyl.

Grande Julio!!

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Caperucita y el lobo

La entrevista que ha mantenido esta mañana Ana Pastor con Mahmud Ahmadineyad ha conmocionado medios y redes sociales, prácticamente todos con una respuesta unánime: “¡Bravo Ana!”.

Mi opinión es otra, pero la dejaré para el final. Para empezar, la actitud de esta periodista, en general, es bastante agresiva. Desde que se dio a conocer en “59 segundos” sustituyendo a Mamen Mendizábal, su tono arrogante, similar al de su antecesora, no parecía desentonar mucho con el programa, que presumía de ser el primero que cerraba la boca a los políticos y los profesionales de la comunicación en una cadena pública con su limitación a respuestas de menos de un minuto.

Con su reubicación a “Los desayunos de Televisión Española”, Ana Pastor mantuvo ese tono desafiante en las entrevistas, lo convirtió en su marca personal. Una imagen vale más que mil palabras:



Esa forma arrogante de controlar las entrevistas e insistir hasta encontrar respuestas ha sido aplaudida por todo el mundo, tanto el público como los profesionales. Y sólo encuentro un motivo por el que se le consiente que sea así.

España es un país occidental que arrastra las maldiciones del modelo de democracia norteamericana, es decir, populismo y opinión pública, dejando atrás el modelo original, casi olvidado, de democracia como representación del pueblo soberano. Basta abrir un periódico cualquier día para encontrar ejemplos de nepotismofavoritismo, corporativismo, insolidaridad, autoritarismo y diferencia de clases. En general, lacras de un sistema que se sostiene a base de parches y que, debido a la actual crisis, se pone de manifiesto con acciones que antes pasaban desapercibidas e incluso se justificaban, y que actualmente se disculpan con un encogimiento de hombros y la excusa de que “es el sistema menos malo”.

Es en estos tiempos cuando hace falta otro tipo de periodismo menos complaciente con el poder, el que pone en evidencia sus deficiencias y exige respuestas para las preguntas del  pueblo. Y es sólo en ese marco donde puedo encajar la forma de entrevistar de Ana Pastor.

Pero hay contras, el peor, que puede ser escuela y espejo en el que mirarse para los nuevos periodistas. Todos sabemos que, en comunicación, copiar actitudes y modelos de éxito es una actitud normal y legítima si funciona. Pero también hay que dosificarlo. Que un/una periodista de una televisión local o regional tome el modelo de Ana Pastor puede implicar tanto su expulsión del trabajo, como la pérdida de un cliente, e incluso varios. Es decir, que Ana Pastor sea la hija lista de Mercedes Milá no significa que todos puedan permitírselo. De hecho, me pregunto cómo puede seguir aún en su puesto si ha tenido esa actitud desde que empezó en la profesión.

Vamos por fin con la entrevista a Mahmud Ahmadineyad. Resulta ser la única concedida a un medio occidental alineado con ese pandemonium llamado Estados Unidos, en un país no muy famoso precisamente por su democracia, y sí por su represión, radicalismo religioso, totalitarismo, y por juguetear con la energía nuclear para quién sabe qué fines (incluso puede que generar su propia energía). Al menos eso es lo que nos cuentan, veamos cómo es esta entrevista entre caperucita feroz y el lobo islamista.


Los hechos son los siguientes: 

  • Ana Pastor comienza la entrevista con el pañuelo puesto y la termina con el pañuelo quitado
  •  El tono es bastante agresivo en cuanto el presidente Ahmadineyad evade responder ciertas preguntas sobre Libia y Gadafi, a pesar de decir bien claro que el pueblo es soberano (03:30)
  • Ahmadineyad, reconoce la falta de libertad de la zona en conflicto y acusa a occidente de vender armas y apoyar dictaduras y pregunta si conoce a algún dictador en los últimos 100 años que no haya sido apoyado por Estados Unidos (11:13)
  • Ana (permítanme la familiaridad) responde que la que hace las preguntas es ella (13:03)
  • Ahmadineyad se pone a la defensiva diciendo que responderá lo que él considere y no lo que ella quiere oír (16:18)
  • Y la entrevista termina con un ‘sotto vivacce’ sobre la libertad en la propia Irán (22:23), la reclamación de Ahmadineyad de que les dejen en paz vivir su propia sistema, buscar su propia democracia, y que ni occidente ni Israel influyan en su pueblo (25:00)
  • Caperucita feroz se repliega y el lobo islamista no para de repetir que los españoles son sus amigos y que España tiene más en común con ellos que con los otros (700 años de Islam en España lo atestiguan)

Demos unos instantes para los aplausos, a continuación mi opinión


Para empezar, debemos respetar las costumbres de otros lugares aunque a nosotros nos resulten chocantes, básicamente para que se respeten las nuestras. Nadie se ríe de los gorros de piel rusos aunque nos resulten ridículos, ¿por qué habríamos de desafiar la norma iraní del pañuelo en su propio suelo? No sé a qué viene ese numerito de la periodista, aunque diga que no ha sido adrede.

El sistema “mosca cojonera” puede servir en España, ante políticos acostumbrados a la complacencia de los medios. Les deja fuera de juego y se quedan sin respuestas, como hemos visto en el vídeo de arriba. Pero en esta entrevista estamos ante un señor que es primer ministro de un país soberano y, al igual que demostró David Frost con Nixon (por poner un ejemplo conocido por la película, que por cierto recomiendo), o Martin Bashir con Lady Di y Michael Jackson, o Larry King ante cualquiera que le pusiera por delante, lo cortés no quita lo valiente. No hace falta ser agresivo para hacer una buena entrevista, sólo hacer las preguntas correctas.

Ahmadineyad se siente presionado y, lógicamente, se va por las ramas con su discurso aprendido sobre quién ha apoyado las dictaduras y le ha vendido armas a los dictadores en los últimos 100 años, quién está masacrando y esclavizando a los pueblos árabes en Israel y quién es occidente para inferir en la vida de su pueblo. Y así una y otra vez: la entrevista y el entrevistado se ha perdido en el minuto 11. Incluso cuando Ana le pregunta sobre las lapidaciones, torturas, represión homófoba, etc, que es donde le podría haber puesto en un verdadero aprieto por su doble moral de solicitar libertad al exterior y reprimir a su propio país. Estas son las preguntas que nos interesan, que deberían haberse formulado desde un principio y que, por supuesto, Ahmadineyad no responde.

Mi conclusión es que, a pesar de los aplausos generalizados, de ser una entrevista que podría haber hecho historia, se ha quedado en la típica entrevista en la que el protagonista es el periodista y no el entrevistado. No se recordarán las respuestas de Ahmadineyad ni quedarán para la historia, sólo tenemos el efímero "logro" de una mujer española con actitud desafiante que pretendió plantarle cara a un dictador, se quitó un pañuelo en un país donde la ley le obliga a tenerlo puesto y fue noticia durante un día.
Samantha Villar, otra aguerrida periodista
Pues ni tanto ni tan calvo. Nos guste o no nos guste, este señor está elegido democráticamente bajo la supervisión de sus partidos políticos sin observadores internacionales y aceptado por la oposición, exactamente igual que en España. En Irán hay un líder supremo elegido por una Asamblea de Expertos que ratifica las leyes, en España tenemos un rey que hace lo mismo pero nadie le ha elegido. Hay una constitución aprobada en referéndum en 1979 donde antes sólo había una dictadura de un tirano que gobernaba por mandato divino, la española es de 1978 y antes también gobernaba alguien "por Dios y por España". Hay un poder legislativo, ejecutivo y judicial separado que se vigila mutuamente, igual que en España, sólo que aquí los altos cargos del poder judicial los eligen los políticos. Se les acusa de tener presos a varios escritores contrarios al régimen de los que habría que ver sus escritos, el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo ha condenado a España a compensar a Otegui por su condena de un año de cárcel por injurias al rey.

Y seguiría, pero ya está bien. Dejo una pregunta en el aire, ¿qué nos hace mejores que Irán para pretender mirarles por encima del hombro? ¿Por qué aplaudir una entrevista que se ha caracterizado más por sus carencias que por sus logros?


PD: casi se me olvidaba. En elmundo.es, tan cachondos ellos, dicen que Ana Pastor se quita el velo en la portada:




Pero en el titular dicen que no es el velo, que es el pañuelo:




Según la RAE, en su segunda acepción, un velo es una "prenda del traje femenino de calle, hecha de tul, gasa u otra tela delgada de seda o algodón, y con la cual solían cubrirse las mujeres la cabeza, el cuello y a veces el rostro". Entonces, ¿en qué quedamos, velo o pañuelo? Ah, que queda mejor decir 'velo' en la portada, así lo asociamos a lo que nosotros entendemos popularmente por velo islámico:



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Periodismo cantado

Hace unas semanas, intentando entender dentro de mi ignorancia qué es en realidad el carnaval en Andalucía occidental para que mueva estas multitudes, congregue a las masas en teatros y paralice literalmente parte de la provincia de Cádiz, hice una extensa encuesta aprovechando la producción de un programa dedicado al carnaval. Dos respuestas se grabaron en mi memoria: “sueño de libertad” y “periodismo cantado”.


Primero, hay que aclarar que esta modalidad de carnaval es autóctona de Andalucía occidental. En Canarias también existen chirigotas o murgas, pero parece ser que no es lo mismo. Los disfraces inundan las calles, como en Venecia o Río de Janeiro, pero no es lo mismo. Se canta, se componen pasodobles, se atiplan voces y se reúnen las peñas, como en la periferia Madrid, pero sigue sin ser lo mismo. Se busca la risa, el desmadre y el encubrimiento como en Nueva Orleáns, pero no, no es lo mismo.


¿Y cuál es la diferencia? Pues ni idea, pero quizá escuchar al que es calificado como el mejor pasodoble de la historia del carnaval de Cádiz pueda ayudarnos a entenderlo.





“Periodismo cantado”, pero también reivindicación, queja y el alzamiento de la voz del pueblo hacia los gobernantes. Poco ha cambiado desde la prohibición del carnaval y su denominación eufemística de “fiestas populares”. También un bofetón sin manos a la pasividad andaluza y a las reivindicaciones sin fundamento de la política centralista regional.


Incluso metiéndose con el icono del supuesto “nacionalismo andaluz”, identificado en la figura de Blas Infante. Otro gallo cantaría si en el País Vasco existiera este tipo de carnaval, de “periodismo cantado”, y las voces del pueblo hablaran de fanáticos iluminados machistas, racistas y capillitas como Sabino Arana, en vez de mitificar su figura.


Doce años después de esta bofetada a la complacencia andaluza, la chirigota de Juan Carlos Aragón (que es la del mítico “pasodoble a Andalucía” que hemos visto antes con “Los yesterday”) nos devuelve a la realidad recuperando sus antiguos personajes y actualizándolos con “Los Antesdeayesterday”. Y de paso, escupiéndonos a la cara, recordándonos todo aquello que reivindicábamos de jóvenes y en lo que nos ha convertido una época de bonanza que ahora ya no está. Minutos 1:10 – 3:37



Yo he sabido evolucionar 
Y es que hay que saber evolucionar 
Que el principio de este “reallity” 
Te valoren mantener, igual que recibir, incorporar, yeyé.. 
Yo creía en la igualdad 
Hasta que por fin me divorcié 
Y la pasta y el dinero y “to” se lo dieron a mi mujer, yeyé 
Yo creía en la solidaridad 
Pero ahora que estoy currando 
Mis colegas se han ido al paro y me siento muy solo trabajando 
Yo creía en la lucha del trabajador 
Hasta que me apunté en comisiones 
Y ahora me rasco los cojones como nada más que me los rasco yo, yeyé 
Yo creía en la justicia social 
Hasta que imputaron a Garzón 
Y ahora me paso por los huevos enterita la constitución 
Yo creía en la unidad latinoamericana 
Hasta que salí con el Subiela en la República Gaditana
Y no veas la que me dio Juan Carlos con el Araka la kana
Yo estaba en contra del capitalismo 
Y a favor del socialismo 
Hasta que llegó el socialismo y me di cuenta que era lo mismo 
Yo creía en el sexo libre 
Hasta la cabalgata del orgullo gay 
Que me cogió un americano con bigote y me dio la del tigre, yeyé 
Yo creía en las drogas 
Porque era espiritual 
Pero ya no, no se ha puesto cara la droga “ni ná”, “ni ná” 
Yo creía en la revolución 
Hasta que escuche a “Los ángeles caídos” y me hice de Aragón (el autor)


“Periodismo escrito”, que no ha pasado a la final, no se sabe si por el espíritu buenrrollista que nos ha invadido de repente o por miedo a ser demasiado valientes. El mismo entrevistado que me definió el carnaval como periodismo cantado, ha tenido la osadía de disfrazar a su comparsa de cura que pierde la fe por la perversión de la Iglesia, en la tierra de la doble moral, los capillitas y las procesiones de Semana Santa. Con dos cojones. Tampoco ha pasado de semifinales en ningún concurso.


¿El carnaval es periodismo ciudadano, esa definición de la que huyen últimamente los profesionales temerosos del Internet 2.0? Yo digo que sí, y que las chirigotas no sirven sólo para reír.